En noviembre, ¡nadie se rasura!

Hay un ritual que cada 1 de noviembre se repite: tomas tu rastrillo, tus tijeras y todo tu kit para cortar o rasurar la barba y lo guardas durante 30 días para dejarla crecer libre por tu rostro. 

¿Dónde surgió esta iniciativa?

Este ritual, que nació en 2009, se llama “No-shave november”, y es una iniciativa global para crear conciencia acerca del cáncer y recaudar fondos para emprender acciones de prevención, diagnóstico y tratamiento. 

Todo surgió cuando los miembros de la familia Chicagoland Hill, en Australia, decidieron usar este mes para crear conciencia y recaudar dinero para la investigación del cáncer, todo esto debido a que su padre, Matthew Hill, falleció de cáncer de colon en 2007. 

Como sabes, muchos pacientes de cáncer pierden el cabello durante su tratamiento; por lo que dejar que nuestro cabello crezca en libertad es una manera de reconocer y apoyar la lucha de millones de personas en todo el mundo y, al mismo tiempo, donar todo ese dinero que gastamos en rastrillos, tijeras o espuma durante el mes a asociaciones civiles y organizaciones que promuevan acciones para prevenir, tratar y cuidar distintos tipos de cáncer.  

Dejar que el vello corporal de tu cabello, barba, cejas, brazos y piernas es una manera de estar al lado de los pacientes de cáncer, y apoyarlos tanto física como emocionalmente en este proceso tan complicado. 

¿El no-shave november es sólo para hombres?  

Aunque en sus inicios, el no-shave november estaba dedicado en apoyar la lucha y prevención del cáncer de próstata y testicular, el movimiento se extendió a apoyar la lucha de distintos tipos de cáncer que afectan tanto a hombres como mujeres. Y cada año se suman más mujeres a esta causa.  

¿Y cómo me sumo a la causa?

En primer lugar, no importa si comienzas justo el 1 de noviembre o ya iniciado el mes, –incluso puede ser en cualquier otro mes del año–, lo importante es dejar tu barba crecer libre durante 30 días.  

Y no sólo eso, te recomendamos acudir a las asociaciones civiles que apoyan a los pacientes de cáncer en tu localidad para hacer una donación económica para su misión. 

Incluso, puedes tomar la iniciativa, y sumar a todos tus compañeros de trabajo a unirse al reto para que juntos hagan conciencia sobre el cáncer y apoyar a diversas organizaciones.  

¿Qué dices? ¿Aceptas el reto?